Interlocutor: ¿Por qué el hombre es tan insensible?
Krishnamurti: Eso es bastante simple, ¿no? Cuando la educación se
limita a comunicar conocimientos preparando al estudiante para un empleo,
cuando meramente sostiene ideales y le enseña al estudiante a interesarse en su
propio éxito, obviamente, el hombre se vuelve insensible. Vea, casi todos
nosotros carecemos de amor en nuestros corazones. Jamás miramos las estrellas
ni escuchamos con deleite el susurro de las aguas; jamás observamos la danza
de la luz lunar sobre una rápida corriente ni contemplamos el vuelo de un pájaro.
No hay un canto en nuestros corazones; estamos siempre ocupados; nuestras
mentes están llenas de esquemas e ideales para salvar a la humanidad,
profesamos la fraternidad, y nuestro aspecto mismo la niega. Por eso es
fundamental que tengamos la apropiada clase de educación mientras somos
jóvenes, de modo que nuestras mentes y nuestros corazones estén abiertos, sean
sensibles, apasionados. Pero esa pasión, esa energía, esa comprensión explosiva
se destruye cuando tenemos miedo; y la mayoría de nosotros tiene miedo. Tenemos
miedo de nuestros padres, de nuestros maestros, del sacerdote, del gobierno,
del jefe; tenemos miedo de nosotros mismos. De ese modo la vida se convierte en
un objeto de temor, de oscuridad, y por eso el hombre es insensible.